Combatir la ansiedad del hambre en el Perú es en este momento una prioridad y al mismo tiempo a través de este medio atacar el peligro del contagio, que dado el caso se tienen que tomar medidas audaces y que circunstancias extraordinarias requieren medidas extraordinarias. Pienso que los economistas se alarmarán por el déficit fiscal que se puede generar si estas medidas que propongo se aplican, pero que el asunto es manejable, porque perfeccionando lo que he escrito, considero que las personas que se inscriban como cabezas de familia solo pueden inscribir a 6 personas dentro de su núcleo familiar en la ficha de inscripción (habría claro, una supervisión de los inscritos). También estas medidas se tomarían tan solo en mayo y junio, tiempos que se considera que se producirá el pico de contagios en el Perú. Lo otro que me he fijado es que existen los que consideran que sin tarjetas de banco no se pueden hacer transacciones, personalmente me he pasado la vida recibiendo giros al DNI en el banco, lo que pasa es que al parecer en las tarjetas de los bancos hay un inmenso negocio de los bancos y no están dispuestos a que se pase por encima de ellos. Dicho esto, paso a mis propuestas:


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Creo que los años de disciplina fiscal hacen posible una ayuda de 2,500 soles durante mayo y junio para cualquier peruano que porte su DNI y se inscriba como cabeza de familia-es decir, un total de 5000 soles- (y no tiene sentido que se hagan líos porque los peruanos no tienen tarjeta de crédito en un banco), y resolverían el fantasma del hambre y también sería mucho más fácil que los peruanos respetaran el confinamiento y respetaran la distancia necesaria para que no haya contagio en las colas, dejándose de producir o disminuyendo sustantivamente las aglomeraciones en los mercados, porque la población peruana durante esos dos meses perdería mucha de la ansiedad económica que la hace arrancharse los productos durante la compra y aminoraría las aglomeraciones. ¿No dice el gobierno que quiere evitar el contagio y salvar la vida de los peruanos?, pues se tienen las Reservas Internacionales Netas más que suficientes, así como el Fondo de Estabilización Fiscal y la reorientación del dinero del proyecto del Aeropuerto de Chinchero hacia la emergencia, para cubrir las necesidades de la población y así detener al COVID-19, apoyando económicamente a la población vulnerable en toda su amplitud. 

De otro lado, las canastas de víveres para la gente no deben llegar a través de ineptos e ineficaces alcaldes que son incapaces de distribuirlas sin robar en el proceso, sino que deberían ser distribuidas en todo el país por organizaciones como Cáritas u Oxfam, y se movilizarían a muchísimos jóvenes voluntarios que ahora se la pasan aburridos viendo la televisión o películas de los canales de cable, y otras organizaciones humanitarias vinculadas a las Naciones Unidas para que lleguen a todas las personas que las necesitan en todo el país. También estas canastas deben tener productos que provienen de los agricultores y campesinos del país, que ha sido un sector completamente desatendido durante el Estado de Emergencia y el consiguiente confinamiento. Tomarlos como proveedores parciales de estas canastas -donde lógicamente también estarían otros productos de primera necesidad- los ayudaría sustantivamente.

Luego, el gobierno debe dejar de hacérsela demasiado fácil a las AFPs, y por un lado, debe aceptar el retiro completo de los fondos de aquellos que no han aportado en los últimos 5 años (que es el proyecto de ley que levantó el actual Congreso), y también permitir el retiro de 3 UIT (Unidades Impositivas Tributarias) -que representa 12,500 soles, a quienes han aportado en planilla hasta el último día previo al Estado de Emergencia, pues muchos de quienes están en planilla por estos días tienen los trabajos suspendidos o no se desarrollan debido a la pandemia y tampoco tienen de qué vivir. Con estas medidas las AFPs tampoco tendrán la excusa para decir que colapsarán porque son plausibles y no colapsarán.

Creo que un bono de 760 soles -2 veces 380 soles- se va en un par de semanas para una familia de 4 miembros (y las familias peruanas tienen muchísimos miembros más, viven con parientes y demás), y que "el esfuerzo que se ha hecho" no es suficiente, porque si lo fuera no habrían miles de miles de peruanos caminando por la Carretera Central o la Vía de los Libertadores hacia Ayacucho y Huancavelica espantados por el fantasma del hambre y volviendo a sus pueblos, exportando el virus desde Lima a todo el resto del país.

Todas estas medidas se pueden llevar a cabo porque es obvio que ante circunstancias extraordinarias deben tomarse medidas extraordinarias durante los meses de mayo y junio (plata hay), y olvidarse de todas esas teorías de "aplanar la curva" o "el segundo martillazo", porque se pueden ahorrar de hablar ese lenguaje estadístico si apoyan económicamente sustantivamente a la población vulnerable (entre ellas también a quienes tienen una economía para salvar el día que son el 70% de los trabajadores peruanos, los llamados "informales"). Me parece tonto que le hayan puesto demasiados reparos al bono de 1000 soles que propuso Rocío Silva Santiesteban, y que 1000 soles es tan insuficiente como los 760 soles que ya implementó el gobierno. Con estas medidas que yo planteo me parece muy posible que la resistencia al confinamiento disminuirá inmediatamente, y el hambre y el caos social serán ampliamente mitigados.

Tomadas estas medidas, el coronavirus sí que estará en franco repliegue en el país, pues por ejemplo, el uso del dinero de un proyecto tan absurdo e inútil como el de Chinchero, que de nada servirá durante años porque el turismo ya no volverá fácilmente ni al Perú ni al resto del mundo durante un largo tiempo, se puede invertir en infraestructura hospitalaria y en equipamiento médico, incluido el equipamiento para la protección de los médicos que están en primera línea en la lucha contra la pandemia del COVID 19.

(Fotografía de Hugo Curotto, para el diario El Comercio)